miércoles, 11 de marzo de 2009

Cielo (1)

- ¿Como ha podido crear eso, Señor?

- ¿A que te refieres, oh Pedro?

- A ese… Esa… Cantidad de dolor… De sufrimiento.

- Si no me equivoco, y sabes que jamás lo hago, te estás refiriendo a eso que Adán decidió llamar amor. ¿No es así, mi queridísimo amigo?

- A eso mismo, Señor.

- Eso no es cosa mía. Sucede como consecuencia de sus actos. Como bien sabes, aquí, en el cielo, no exisite el sufrimiento. Por lo tanto, no está creado por mí, si no que es solo algo terrenal, provocadopor los propios hombres.

- ¡Entonces es obra del Maligno!

- No te confundas Pedro. Piensa: ¿a cuantos enfermos de amor, prohibirías la entrada al cielo?

- A ninguno, por supuesto. Todos ellos están dispuestos a entregarlo todo por la otra persona. Y a alguien capaz de eso, no puedo si no dejarle pasar.

- Exacto. Y algo que consigue eso en una persona, no puede ser obra de Lucifer.

- ¿Y cual es vuestro plan, mi Maestro, para ellos cuando al fin logran reunirse aquí?

- Yo no tengo planes Pedro. Si su amor es puro, sus almas se unirán en una sola.

- ¿Y si no lo es?

- Entonces tú, en toda tu sapiencia, no los permitirías el paso.

- Pero jamás ha sucedido eso. Todo el que llega hasta aquí, ha pasado.

- Eso es porque está prohibido haber vivido, y no haber amado.

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