domingo, 31 de enero de 2010

Sexo

1. Empezó siendo un leve cosquilleo en el estómago al verla aparecer. No se fijó en ese pequeño detalle en aquel momento. Transcurrían los días y ese cosquilleo se hacía más intenso, instintivamente provocaba su risa, ya que ese sonido le reconfortaba y le daba fuerza para enfrentarse al día. Poco a poco se iba forjando el sentimiento en su corazón, dejando marcado a fuego la intensidad con la que lo sentía. Cada día que pasaba, ella daba pasos hacía la perfección sin tener que hacer nada, solo con su presencia que para él era el mayor de los regalos. En los malos momentos, contemplarla hacía nimia la adversidad. Entonces no cabía ninguna duda, era ella. Ella era la respuesta a todas las preguntas, era el principio y el fin. Su existencia daba sentido a la de nuestro protagonista. Al despertarse por las mañanas, daba gracias por tener un nuevo día para poder verla, era una inyección de vitalidad. Sentía que ella ponía color al gris de su alma. Ante su presencia siempre parecía sereno, aunque en sus entrañas sucedían infinitud de reacciones que explotaban dejando que el sentimiento fluyera por sus venas, impulsadas por el corazón, que le recordaba incesantemente con cada latido, como se aproximaba el final de seguir dejando prisionero al sentimiento. Se formó una esfera perfectamente lisa, reluciente hasta el destello y vigorosamente abrasadora que le consumía y embriagaba, apartándolo del mundo terrenal. Ya no tenía remedio, estaba perdido, le entrego, sin saberlo, su cordura, los pedazos de corazón que le quedaban y un sobre lacrado que contenía su vida mortal. Después de un tiempo él se marchó para no saber nunca más de ella. Pasaba noches en vela y cuando conseguía dormir, despertaba con la cara empapada en lágrimas, atormentado por la crueldad de su subconsciente. La esfera resplandeciente, yacía pútrida y sin vida en su interior. Loco, descorazonado y muerto, engañándose a sí mismo, se dijo:
“No era amor, lo único que quería era sexo.”

2. Abrió la puerta de su dormitorio y encontró a su mujer acostada con otro hombre. El tiempo se paró varios minutos en los que las miradas hieráticas de éstos, junto al silencio que se produjo, hacía que la tensión de aquel instante acrecentara por momentos. De repente, el marido empezó a reír a carcajadas, los amantes se miraron con incredulidad y al rato acompañaron a la atronadora risa del hombre. Pacientemente, el hombre, mientras seguía riendo, cerró la puerta del dormitorio y cogió su rifle que escondido tras ésta, estaba apoyado en la esquina del dormitorio. Apuntó al amante con firmeza entre risas, la de nuestro protagonista se volvió histérica, mientras que la del desnudo compañero de su mujer era una risa llena de pavor. Raudo como el viento se destapó de las sábanas que lo cubrían y corriendo endiabladamente se tiró en plancha por la ventana. El marido volteó el rifle, presionando el cañón contra su mentón. Riendo, apretó el gatillo. La mujer maldijo su suerte por aquel estropicio que le iba a tocar limpiar.

3. Un orgasmo, vocálico y consonántico. Una mezcla de palabras entrecruzadas que exhalan el último aliento de placer. Se va consolidando la relación párrafo tras párrafo, todos lo saben, pero sigue siendo un secreto a voces. Todo es dulzura y delicadeza en el tacto de sus frases acompasadas. Se va tejiendo una maraña que al paso de demasiadas páginas se hace monótono y pesado. Y al final, como pasa con todo, termina por acabar.

PD: Un primero para la ilusión, el segundo para el desengaño y otro tercero para la traición. La piedra está en vuestro tejado, buena suerte.

TORMENTA

1. Una noche cualquiera, quizá una de esas frías y lluviosas. De invierno, cuando es de noche la mayor parte del día, y lo único que apetece es quedarse en casa, calentito. Ese es el tipo de noche necesario para entender el significado de la palabra tormenta.
Para ello es indispensable tener pareja. Hablo de pareja estable, sentimientos y todo eso, no cualquier mindunguilla facilona que hayamos escogido para calentarnos la noche. A esa mujer, esa noche, es necesario hacerle el amor. Lenta y apasionadamente, el amor. Puede que las gotas hagan ruido al estamparse contra los cristales, marcando el ritmo, el viento aúlle en nuestras persianas, los redobles de truenos lejanos queden ahogados por nuestros suspiros y los relámpagos iluminen intermitentemente nuestro paraíso particular. Con luz blanca y aséptica, pero no indiferente ni muerta. Ese tipo de luz blanca, aséptica y cálida que sólo saben tener los rayos. Cuando hayamos terminado, desnudos y sudorosos, es necesario dejarse llevar aún unos minutos más. Tiene que llegar ese abrazo que más que un abrazo es un refugio. Y cuando llegue, y notemos como ese frágil navío al que amamos busque puerto y cobijo en nosotros, es necesario corresponderle, apretar aún más los brazos si cabe, estrecharla fuertemente contra nuestro pecho, y suspirar brevemente mientras le olemos el pelo.
Entonces, en ese preciso instante, susurraremos bajito, en voz muy queda: “Este es el tipo de noche que tanto me encantaba tener con mi exnovia”.

¡Et voilá!

PD: Perdón por la tardanza, os eché de menos.

viernes, 29 de enero de 2010

Árbol

Y tras largos años, se sentía joven en su experiencia de cortas miras pero tan viejo en su alma que se agolpaba a sus espaldas. Los caminos sencillos se hacían cuesta arriba si él los pisaba, la ruedas se cuadraban si las tocaba, las luces se apagaban si pasaba y llovía si le daba por pasear. Cerraba los ojos y soñaba: volaba por las estrellas y cruzaba los mares, dormía entre las nubes y nadaba junto a delfines.

Pero el frío no le es ajeno y se cercenaba su idealismo frustrado en la piedra que pisa, en la tierra que hace callos en los pies. Lógica formal, lenguajes abstractos y demás misteriosos lenguajes le dominan cuando intenta imaginar un día de rosa; no hablemos de la de bolitas amarillas que corrían a su alrededor si intentaba siquiera degustarse con el aroma del amor. Intentaba huir de aquello y flechas que le indican dónde va, de dónde viene y cómo tiene que ir le controlan a su paso. Derrotado, se ceñía en la cintura de su más amargo sueño, tal vez con la esperanza de que, al besarlo, pudiera ser de nuevo un cohete, un barco, una nube, un delfín... ¡o incluso un amor!

Y qué, si a cada segundo las manillas se torcían, las pantallas se licuaban para dar colores y sonrisas de payaso que, para su propia frustración, sólo le decían desde su propia enfermedad que su único intento de evadirse de la realidad más amarga y matemáticamente imperfecta era sumergirse en la peor de las pesadillas de colores, personas que no existen, de la amistad más convenida, de la función social más útil y concisa, sin más libertad que un DEL. Y mientras su cabeza se agigantaba y se llenaba de temores, dudas, irrealidades y la tristeza de una soledad concisa y real, se hundió de nuevo en ese mar que sólo provocaba odio, aversión y el germen de una soledad acompañada que sustituya a la vieja ansiedad.

Fue un iluso, creyó poder huir tras tanto cero y tanto uno. Y cuando mira y ve todo eso que le rodea desde delante de su mirada, piensa: “tal vez comí del árbol equivocado...”


PD: Una nueva entrada de nuestro compañero Fer. Que la disfruteis

domingo, 24 de enero de 2010

Tormenta y Calma

La Tormenta y La Calma

Crecemos

Somos uno mas y quiero que recibáis todos a Sonia, nuestra nueva incorporación al Diccionario.

Bienvenida


Te he mandado el Mail para que puedas acceder. Un saludo

sábado, 23 de enero de 2010

Droga

En un efímero intento de abstracción
Su mente incesante se sacudía
Rogando al mundo que le rodea
Pero lejos de la luz de cualquier día
La soledad de un momento de pasión

En la vergüenza más bochornosa
Parpadean en su sien las luces de antaño
Huyendo de miradas furtivas
Vasallo de la escalera, bajo un peldaño
Su mirada, un reflejo de su alma piadosa

Ciega, enternece la vista que ensombrece
Que huye del instante que se asoma
Latente queda quién ve su tortura
Quien consciente fue de que la muerte le doma
Quien condenado, en su cruz se encoge yacente

Cae en la tormenta que le azota
Y la calma no es fuente de maná,
La hiel latente no se agota
Y las hiedras se aferran al mar,
El alma creativa se desmorona
Y la cueva cautiva late falaz
Mientras su mente a sí misma se destroza
Engañándose para de sí, nunca escapar.


_____________________________________________Fer

viernes, 22 de enero de 2010

Silencio (2)

Para unos dolor, para otros pasión. Unos no dejan de huir de él, otros lo buscan desesperadamente toda su vida sin encontrarlo.
El silencio es filosofía (imaginad el árbol que cae en mitad de un bosque sin nadie a su alrededor), amor (una mirada furtiva entre dos enamorados), tristeza, soledad… El silencio puede serlo todo, o puede no ser nada. Todo depende de quién lo vea.

viernes, 15 de enero de 2010

Infinito

1. Tenía el infinito alojado en el corazón,
en la cabeza serrín, carpetas sin folios
y un álbum con las fotos de la comunión.

Su cuerpo flotando, parecía de algodón,
orbitando elípticamente sobre algo
que podría equivocándome, llamar constelación.

Por fuera una fina carcasa de latón,
lo suficiente resistente como para
proteger al resto del contenido del interior.

Tenía el infinito alojado en el corazón,
un error, dos bofetadas y cuatro lágrimas saladas.
Y al romperse de repente, comenzó la creación.

2. Infinito: Cómo te odio.
Cero: ¿Y ahora qué he hecho?
Infinito: No puedo juntarme contigo porque siempre acabamos liándola.
Cero: Algo de culpa tendrás tú también, ¿no?
Infinito: Que poca vergüenza, encima echándole las culpas a otro.
Cero: No, a otro no, a ti.
Infinito: ¿Con quién hablas?
Cero: Contigo.
Infinito: Yo te he escuchado y estoy totalmente de acuerdo.
Cero: ¿Cómo?
Infinito: Oye, ¿a quién le has dicho eso?
Cero: Madre mía, no entiendo nada.
Infinito: A mí, estaba hablando conmigo.
Cero: Pero, ¿cuántos sois?
Infinito: Ni te lo imaginas.
Cero: Seguramente, pero aún así sé que no estoy tan loco como para estar con tantos y hablar con nadie.

3. Papel, pluma y sangre para contar historias. Para que sean de verdad y no tengamos que dudar. Uno, dos y hasta más de cien personajes. Para que puedan interactuar y se desarrollen nuestros pensamientos. Estabilidad argumental con algunos giros inesperados. Para tener algún sobresalto en la linealidad de nuestro escrito. Un lugar incierto en un tiempo desconocido. Para que únicamente os pueda tele-transportar la imaginación. Una pizca de ilusión, puñados de humanidad y un pellizco del dulce que sobra por navidad. Para que contraste con la crudeza que también quieres dar a conocer y deje esperanza, inútil pero tranquilizadora. Es una receta, seguramente no la perfecta, pero con ella te aseguras infinitas historias, ni todo está escrito y mucho menos contado. Una historia menos y otro texto agotado.

PD: Vuelvo a destrozar la poesía, me sigo divirtiendo al escribir los diálogos y el último se quedó en un intento de plasmar una idea decente.Lo intento sin maestría y acabo con un epílogo, realmente decadente.
Dejaré esto como introducción, a la espera de concretar correctamente alguna otra idea.

miércoles, 13 de enero de 2010

Infinito

“¿Qué significa la eterna creación si todo lo creado ha de desaparecer para siempre?”


Con esas palabras, Mefistófeles intentaba convencer al pobre Fausto sobre la banalidad de la vida, lo efímero del ser, el significado del todo si todo no es más que una ilusión que, frente al tiempo, sólo cae como hoja caduca en otoño para llegar al suelo del olvido. El temor del hombre de lo sensible, lo perecedero, de lo que irremediablemente se pierde en el tiempo no es más que un reflejo de su ansia de vivir y del terror que supone la sola idea de tener un final.

Desde siempre, la muerte como un final ha sido el planteamiento básico de la existencia humana puesto que el desconocimiento sobre ella y sus consecuencias, así como la desaparición de la capacidad vital, de lucha o de sentir se inhiben completamente hasta anularse. De ahí que algunos pensadores se alejasen de la realidad desde sus más íntimos deseos para cobijarse en un mundo donde todo sea perfecto, donde todo los ‘fallos’ del ser humano (o más que sus fallos, sus características innatas que le separan de la irrealidad y que lo convierten en algo débil y, a la vez, cálido y vivo) no existan. El ‘ideal’ Mundo de las Ideas, la separación de lo sensible y lo inteligible y todas esas metafísicas que no hacen sino renegar del mundo por una esperanza situada más allá, inalcanzable y todopoderosa, no son más que la negación del mundo por el propio miedo.

¿Qué características tiene lo perfecto, lo ideal? La Idea de Dios, el Bien, los números, el tiempo, el espacio... todas aquellas cosas que tienen la cualidad de la infinitud y que el hombre anhela con tanto deseo, que estudia, que intenta alcanzar... se alejan de su humanidad, su sensibilidad y, obviamente, de la muerte. Intentan explicar el mundo a partir de lo que les gustaría que fuera, de lo ideal, de lo que no es... y a eso lo llaman ciencia. Hablan de la felicidad y del amor y entre los sueños que se reparten entre la gente sólo se desean sentimientos ilimitados. Dependen para luchar de motivos inmovibles y que sólo caen bajo el peso de otro más pesado, pero que siempre alguien lo tomará porque sigue inmutable ahí. A pesar de las evidencias de que el mundo es lo que tienen delante, sólo soñamos con Nunca Jamás... [...volarás, volarás, volarás...]

Avanzan las tecnologías y cada vez las limitaciones computacionales y de telecomunicaciones desaparecen, haciendo al hombre creer que es todopoderoso en un mundo virtual donde no mueres, sino que pierdes una vida; donde el sexo siempre es placentero porque accedes a cantidades de parafilias casi innumerables, para los miles de gustos personales; donde todas las personas pueden moverse e interactuar con total libertad y casi sin censura... el paraíso del hombre moderno no es un cielo bajo la atenta mirada de Dios, Alá o quién quiera cada uno que sea, sino un puerto USB al que enchufas el cerebro 18 horas al día y dejas que por tu sistema encefálico pase spam, troyanos, software libre, firewall, redes sociales, comunicación en tiempo real, chistes, pornografía, contenido multimedia y la conexión a millones de personas en el mundo que dependen de ti. “Y dijo Dios: Hágase la luz... que si no el portátil se me queda sin batería...”.
Y bueno, ante la evidencia de que la finitud es nuestra enfermedad más clara (o la demostración de cuán enfermos estamos por negarnos a aceptarnos a nosotros mismos), sólo puedo limitarme a mi mente de apenas casi 22 añicos, con una ligera idea de lo que le han intentado inculcar en todo ese tiempo, con el sueño de alcanzar la perfección mental para evitar bodrios como éste que acabáis de leer y un montón de sueños que se desmoronan cuando empezamos a contar desde cero... hasta infinito.

Todo lo que empieza tiene que acabar
Todo lo que sube tiene que bajar
Pero hoy... estoy aquí por ti

__________________________________________________Fer


PD: Sigo dejando por aquí los interesantes pensamientos que Fer comparte con nosotros.

martes, 12 de enero de 2010

Infinito

1.- Aunque le fastidiara, Mario tenía que ir a trabajar. Iba a trabajar por obligación. Estaba obligado si quería cobrar. Quería cobrar para comprarle un anillo a una dama. Quería comprarle el anillo a la dama porque pretendía impresionarla. Pretendía impresionarla para que se enamorara de él. Que se enamorara de él sería genial. Sería genial porque esa dama era su jefa. Era su jefa y le gustaba mucho. Le gustaba mucho aunque le fastidiara.


2.- Mira a Don Importante, ahí, pasando de todos, como si él fuera mejor que los demás. Como si fuera inalcanzable. Se las da de ser el mejor porque cree que es el único que no puede ser calculado con exactitud. ¡Qué pronto se olvidan las raíces!
Pues ese es igual que los demás, real como nosotros. ¿Real he dicho?, digo poco, ¡es natural como nosotros! Valiente fantasma, con esos aires de grandeza y esa prepotencia. Como si no supieramos que sus padres son un 3 y un 5. Se cree la repera y sólo es un 8 tumbado.


3.- Con la eternidad
de un suspiro me río
y en el espejo miro
una triste figura,
torpe escultura,
un plato de sopa frío.
Ignorante cultura,
esclarecedor lío,
una libre dictadura
de desgana y hastío.

Con lo perpetuo
de un llanto apagado
en el espejo miro
inicios y finales,
filos de puñales,
la dicha de un enfado,
botones sin ojales,
putas sin pecados
y de mi boca salen
gemidos apocopados.

Con lo perenne
de un lastímero grito
en el espejo miro
la ciénaga inmensa,
despedida intensa,
lúgubre y parco rito,
brevedad extensa,
final de un mito.
Cuando menos lo esperas
acaba lo infinito.


4.- Proceda a contraer todos los músculos de su cuerpo mientras emite un sonido gutural ahogado por el esfuerzo. Retuérzase un poco. Cierre los ojos con fuerza. Sonría de forma forzada. Acabe el ejercicio expulsando fuertemente todo el aire por la boca como en una especie de jadeo. Vuelva a taparse con la sábana y la manta.
¿Durante un momento no le ha parecido un placer infinito?


5.- Con la mirada en el infinito, L'Hopital se partió sin razón aparente. ¿Y acaso necesitaba una explicación?


P.D: Ya pondré algo más.

sábado, 2 de enero de 2010

Feliz año nuevo a todos



Espero que todo este año seáis felices y tengamos muchas mas definiciones, un abrazo a todos. Redry