miércoles, 3 de junio de 2009

Viaje

1. Voy volando, surco el cielo incesante y sin pausa, yendo a la deriva en medio de la inmensidad. Le doy movimiento a los inanimados árboles de un parque dotándoles de algo más de vida. Salto de edificio en edificio en enormes ciudades donde cualquier persona se perdería en cuestión de segundos. Acaricio suavemente las grandes extensiones de campo llenándolas de frescor. Me enfado y soplo con fuerza donde se ahoga mi grito de desesperación, pero después viene la calma, un momento donde puedo descansar antes de volver a empezar…

2. Avanzo turbulentamente por millares de paisajes y les doto de una uniforme monotonía. Pero en mi interior guardo celosamente los tesoros más preciados esperando a ser descubiertos. Soy sinónimo de la vida y se deleitan con mi quietud, pero consigo enrabietarme y es cuando paso a llamarme destrucción. Baño la arena infinita refrescándola. Proporciono hidratación, pero también hipotermia. Soy amiga de pocos, enemiga de todos los demás. Imagen de destinos turísticos y parajes paradisíacos, también de los peores cataclismos que puedas imaginar. Soy ambas caras de una misma moneda, soy el único sitio donde acaban tus recuerdo que necesitas olvidar, soy el lugar donde ahogas tus gritos de ansiedad.

3. El caos. Alias combustión, o así me bautizaron. Caliente y ascendente. Consumir mi único fin, hasta que no quede nada. Pero todo es armonía, una coreografía espléndida, mil veces ensayada. Sin imprevistos, sin sobresaltos. Mi llegada no suele ser bienvenida, es la única condena que me espera hasta la extinción. Mi muerte es siseante, ya que es ahí donde se pueden escuchar los lamentos de quien me he llevado conmigo porque en mi fulgor ensordezco todos sus quejidos. Incandescente, abrasador, llameante y cegador. Inmenso o diminuto es el mismo fenómeno, solo cambia mi efecto, casi siempre devastador. Tragaré todo lo que pueda, pecado, la gula, soy un glotón.

4. Llámalo creatividad, don, talento o quizás suerte, pero todos tenemos algo en común, la inspiración. Es fugaz y permanente, pasajera y sedentaria, viene, va y a veces se queda. Todos tenemos días en los que todo nos sale bien, que contrastan con días horriblemente malos en los que hubiera sido mejor no levantarse de la cama. Todos tenemos un repentino golpe de suerte en el que nos ocurre algo magnífico y momentos en los que la suerte nos da la espalda. Hay semanas en las que todos los días se nos ocurren ideas geniales y meses de vacío creativo. Ocasiones en las que somos totalmente optimistas y eternidades en las que somos pesimistas. La inspiración se sube al tren, hay días en los que te toca ir en el mismo vagón, pero desafortunadamente te llevarás otros tantos sin verla aparecer. No te preocupes, chaval, esta vez no ha habido inspiración pero seguro que la próxima será mejor.

PD: Al que consiga llegar hasta aquí le regalo un disparo de prueba con destino a mi cráneo, siguiente parada, hipotálamo con leve desviación al lóbulo occipital, gracias.

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