martes, 5 de mayo de 2009

Droga

1. Estaba sentado en una incómoda butaca y de repente apareció. Mi mirada se perdió súbitamente en la sinuosidad de sus curvas que me atraparon desde el primer momento con el vaivén de sus movimientos. Tenía una larga melena color caoba y piel tostada. Olía dulce y sus bellos ojos del color del más puro zafiro, me hechizaron dejándome completamente inmóvil. Era una vorágine de sensualidad desatada, desde sus suaves labios hasta la perdición de sus piernas. Sus lascivos contoneos me cautivaban a la par que liberaba mi mente, dejando que la lujuria se apoderara de ella. Mientras seguía con su embrujo, me hacía señas para que cerrase los ojos por un instante. No podía resistirme a su petición y lo hice. Cuando abrí lo ojos, la escena cambió por completo. Estaba en un “meeting” de Zapatero. Angustiado, metí la mano compulsivamente en el bolsillo del pantalón. Palpé lo que estaba buscando y lo saqué. Mi tarro de plástico con mis dosis, lo destapé desbocado. Estaba vacío y grité desconsolado, maldiciendo mi mala suerte.

2. Tenía que estar atento. No le gustaban los medicamentos, para él eran algo artificial y no le gustó tener que meterse eso en el cuerpo. No veía diferencia entre medicamento, narcóticos o estupefacientes, todos iban a parar al mismo saco. Pero tenía que hacerlo, de ello dependía la vida de muchas personas. Debía estar siempre alerta, imperturbable y atento a lo que pudiera suceder. El sueño y el cansancio se iban apoderando poco a poco de su cuerpo. Creía que aquello que aquel médico le recetó era la solución a su problema pero no notaba el efecto de reposo deseado. Miró la caja, en letras grandes ponía “Valium”, no sabía lo que significaba.

3. La montaña rusa. El sofá de mi casa. Ir en coche a 200 por hora. Una tumbona en la playa. El caos. El sosiego. “Puenting”. “Sillón-ball”. Paracaidismo. Tumbado en el suelo. Una pelea. Un corte de mangas. La guerra. La paz. Vomitar. Siesta, para reposar la comida. La ira. El pasotismo. Cocaína. Heroína. Y mientras, un payaso que no deja de repetir “las que dan subidón y las que dan bajón”.

PD: Me siento tremendamente honrado de poder contrubuir con la causa. Espero que os guste, un saludo.

3 comentarios:

  1. Inaguración perfecta, aunque perdieses la forma del primer al segundo fragmento (caída de recursos estilísticos).

    Pasaré más a menudo por aquí :P

    Un abrazo a todos!!!

    ResponderEliminar
  2. Bienvenido, muchacho. Ya tengo otro sitio para disfrutarte.
    El primero me parece una obra de arte, tío. Y el tercero me ha sacado la risa tontaca :D (¡Ay, maemía, un bille!).
    Un besito, porra.

    ResponderEliminar
  3. Hola! realmente no teníamos pensado destrozar muchas cosas (no por el momento) pero si realizar algunas acciones poéticas como "recitales" espontáneos urbános, pintadas de versos, top-mantas poéticos, etc... vamos, para desbaratar un poco el orden público. Nos encantaría contar con colaboradores! Quizás podríamos quedar algún día y hablar todo con calma! ojalá no perdamos el contacto! un saludo

    ResponderEliminar