lunes, 29 de marzo de 2010

Calma

1. El mar, liso manto en el horizonte infinito. El silencio, cumbre entre la espesura del sonido. Despejado y sin viento, una definición subjetiva de perfección. Descanso, pasatiempo cerebral de alto rendimiento. Templado, sin grietas por congelación o chispazos de calor. Lentitud, transcurso en la quietud. Pensamientos, asteroides moviéndose en el universo mental. Justicia y Libertad, algún día rescatadas de su condena. Sueños, residencia para la ilusión y la esperanza. Ley, grilletes de la espontaneidad de la naturaleza. Incertidumbre, punto de partida del que no hemos salido. Realidad, si la conoces, preséntamela. Belleza, efímera cualidad de cuantiosa importancia. Inteligencia, tesoro difícil de encontrar e imposible de obtener. Tiempo y espacio, crueles verdugos de nuestras vidas y de mi ingenio. Calma, en la orilla del mar de dudas, innumerables dudas que se pierden en el horizonte infinito.

2. Calma: ¿Pero yo no había salido anteriormente?
Jose: Shhh, tú calla y sígueme la corriente. Que nadie se va a enterar de qué va esto.
Calma: Vale, vale.

Calma: ¡Qué tranquilidad!
Estruendo: Se acabó.
Calma: ¿Cómo?
Estruendo: A trabajar, que esto está muy parado.
Calma: Pero si las cosas van bien, va todo como la seda.
Estruendo: ¿Será posible?
Calma: Es cierto, hay ideas, está escribiendo medio decentemente. No podemos quejarnos.
Estruendo: Esto es el colmo.
Calma: No entiendo nada.
Estruendo: Pues está clarísimo, esto es el fin. Ya hasta sale en sus propios diálogos, está tocando fondo.
Calma: Pues es verdad, ni me había dado cuenta.
Estruendo: ¡Qué poquísima vergüenza!
Tercera Opinión: Iros a tomar por culo.
Estruendo: Me extrañaba que la tercera opinión fuera tan imparcial. Maldito seas.

3. Este mundo es todo menos calma. El tiempo nos mete prisa para llegar al final. La sociedad está sumida en la desesperación por la necesidad de vivir. Necesitamos actividad para sentirnos vivos, para que esto tenga un sentido. Nos damos cabezazos para encontrar un camino que seguir. El estrés es nuestro compañero de viaje y el cansancio espera por nosotros al doblar la esquina. El agotamiento es el preludio del final y lo buscamos incesantemente para poder continuar. Sin pararnos a reflexionar en los problemas que esto no acarrea. Seguir este frenético ritmo acabará por destruirnos en el sinsentido de la oscuridad eterna. Párate y piensa. Piensa si lo que será es justamente lo quieres que sea.

PD: Siento la inactividad, pero vuelvo con esta entrada. La primera para confundir la calma, la segunda para reírme de mí mismo y una tercera para calmar al personal. Tranquilos que ya estoy aquí de nuevo, jajaja.

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