miércoles, 6 de julio de 2011

Plafón

1. Custodio de la luz de la esperanza inalcanzable. Una barrera material que le impedía obtener su ansiada necesidad. Sentía la luminosidad que se desprendía de aquella prisión, pero no era suficiente. Debía recobrar el destello de lo que una vez fueron sus ideas, ahora confinadas al olvido de la expectación. A ver y no poder hacer nada. A tener que quedarse estático, a la espera de un milagro que pudiera salvarle. Tenía que liberar al hada de su inspiración, aquella que domaba su elocuencia y le permitía con algunas palabras mal hiladas, darle la tranquilidad que necesitaba. La musa que hacía acallar sus voces internas, distrayéndolas. Permitiendo que pudieran hablar por un instante suficiente para poder apaciguarlas. Pero la realidad era muy distinta en aquel momento. Casi consumido por su propio ser y antes de desfallecer, pudo observar como la luz se apagaba. Y al apagarse la luz llega la hora de dormir.

2. Estaba siendo una noche tranquila. El inspector estaba de guardia, sentado en la vieja silla de su escritorio con los pies encima del mismo. De repente, sonó el teléfono. Sin inmutarse lo descolgó antes de que volviera a sonar. El interlocutor era el director de un hotel próximo a la comisaría. Por lo que pudo entender, había aparecido un muchacho muerto en una de las habitaciones. El inspector colgó el teléfono, musitando un gruñido displicente. Se desplazó al hotel en su coche, al llegar el recepcionista le esperaba y se ofreció a conducirle al lugar en cuestión. El inspector entró en la habitación, había ya policía acordonando la zona. La habitación estaba a oscuras, pero se podía intuir lo que había en el interior. Había una gran ventana de cristal en frente de la puerta de entrada. Ésta remataba a su vez en otra puerta también de cristal que conducía a una amplia terraza, con vistas al interior del hotel. El inspector llamó a un par de policías para que alumbraran la habitación con sus linternas. Fue entonces cuando pudo ver el cuerpo del muchacho sin vida, con un orificio de bala en la frente y con una pistola en la mano derecha y una botella de alcohol en la izquierda. Estaba inclinado contra la esquina del lado izquierdo al lado de la cama, dejando en el suelo un incipiente charco de sangre. El inspector paseaba por la habitación, mientras el dueño del hotel irrumpió en la habitación rompiendo el inquietante silencio.
- Un caso fácil inspector, el tipo se suicidó. Rellene los papeles y acabemos cuanto antes. Este tipo de cosas acaban con la reputación del hotel.
- No tan deprisa, amigo. Déjenos hacer nuestro trabajo.
El inspector se acercó a una bonita lámpara de suelo, bastante alta. Estiró el brazo tocando el plafón, estaba caliente.
- Amigo mío, necesito una lista completa del personal del hotel, así como las grabaciones de seguridad de las cámaras. Cuando tengamos todo eso iremos les iremos interrogando uno por uno. Aquí se ha cometido un asesinato – sentenció el inspector.

3. Mosquito 1: Vaya, alguien por aquí. Creía que me moriría del aburrimiento.
Mosquito 2: La leche, pero si es Clifford. Que pasa compañero, ¿buscando alimento?
Clifford: Pues claro, Henry. Pero a oscuras y con esas dos luces mareando por ahí no me atrevo. Cualquiera diría que nos hemos metido en un campo de concentración.
Henry: Ahí hay un tipo con gabardina, ¿atacamos?
Clifford: Espera, que parece tener muy mala leche, digo sangre.
Henry: Mira por donde, se hizo la luz.
Clifford: Madre mía, vaya suerte acabamos de tener. Si tenemos un mar de cosecha del ochenta y ocho justo delante de nuestras narices.
Henry: Pero, está en el suelo, Cliff.
Clifford: No te me vayas a poner exquisito ahora, que cuando el hambre aprieta…
Henry: Además ya no cumple la regla de los 5 segundos.
Clifford: No, si al final te las vas a ganar. Yo voy, tu haz lo que quieras.
Henry: …lo que quierash.
Clifford: Oye, cenutrio. Ven que está fresquísima.
Henry: …freshquísima.
Clifford: ¿Henry? ¿Qué haces?
Henry: …qué hacesh?
Clifford: ¡No vayas hacia la luz!, Henry. ¡No vayas hacia la luz!
Henry: … hacia laaaaarg.
Clifford: Mm, bueno. Pues más para mí.

PD: Vaya, qué de tiempo. A ver si con esto me vuelve el gusanillo. Como de costumbre un placer. El diálogo al final es síntoma de fracaso, esperemos que no sea así, esta vez.

4 comentarios:

  1. Me ha encanto esta frase:debía recobrar el destello de lo que una vez fueron sus ideas, ahora confinadas al olvido de la expectación.

    Es como derrumbarnos de lo que alguna vez fuimos o pensamos y con ello nos sentíamos fuertes y sabios y caer en lo que ya no volveremos a ser.

    Me ha impresionado tu primer relato. Luego continúo leyendo, porque leer me gusta en tranquilidad y con tiempo.

    Besitos.

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  2. Al final parece que me voy a quedar con las ganas de saber que te parecieron los otros dos textos, jajaja. Bueno, no importa.

    En cierto modo esa frase es lo que dices. Además cae en el engaño de creer que aún puede recobrar ese estatus.

    A mí también me gusta el primero, disfruté escribiéndolo y no me pasa muchas veces.

    Besitos ^^

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  3. ja,ja fresquita ainsss jaja, no vayas hacia la luz me parto, muy bueno ,jajaa no conocía esta faceta tuya, no dejas de sorprenderme, besitos.

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  4. La verdad es que ya hago poco diálogos. Debería retomar un viejo proyecto. A ver si este finde...

    Por cierto, lo que me gusta de esta entrada es que aunque los tres textos pretenden ser independiente, pero están totalmente relacionados.

    Besitos ^^

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