miércoles, 19 de mayo de 2010

Silencio

Llevo toda la noche naufragando en un mar de incertidumbre.
Rápidas punzadas recorren mi cuerpo. y el nudo de mi estómago no se quiere desatar.
La culpa aumenta, y a lo lejos escucho pitidos que no consigo diferenciar.
Ojalá los pudiera silenciar, y borrar esos recuerdos que me vuelven a atormentar.
Vuelvo a tener miedo, pues mi propia ausencia cada vez es más real.
Estoy cansada de que todo siga igual, de tener por costumbre renunciar.

Quiero olvidar esta noche, y que me despierte la realidad; pero se que no va a pasar.
Ni siquiera me voy a despertar.

Solo tengo ganas de estar contigo.
No quiero hablar más. Con nadie. Sólo quiero expresar.
De todas las formas que sé.

Necesito pegar un portazo y apartar con furia todo lo que me estorbe en mi camino
Quiero poder arañarte y morderte y besarte con todo el impulso que llevo dentro.
Necesito volver a ver más allá de esta puta habitación.
Quiero clavar en ti la más impetuosa mirada, y abandonar la inercia que me acompaña.

Sacar de mí lo más escondido y salvaje. Aquello que cada día debo soterrar.


Pero sigue el silencio, y no encuentro más que soledad.
No te acerques pues, si no me dejas gritar.

1 comentario:

  1. Se transmite con facilidad esa desesperación que se siente en el silencio. Cuando éste no es deseado, cuando se necesita todo lo contrario. Irónicamente, echamos de menos el silencio en muchas otras ocasiones.

    Muchas gracias por compartirlo.

    Un saludo.

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